Facción anarquista en el Partido de la Libertad Individual

                                          P-Lib RADICAL CAUCUS

Los promotores de esta iniciativa somos un grupo de anarquistas, voluntaristas, mutualistas, agoristas y otros tipos de libertarios radicales que, haciendo un alarde de pragmatismo, nos hemos embarcado en el proyecto del Partido de la Libertad Individual con la intención de no dejar en manos de los estatistas la arena política y tener una plataforma desde la que poder lanzar iniciativas y mensajes que cuestionen el sistema actual.

Tomamos el nombre rindiendo evidente homenaje al Radical Caucus que lideraron Murray Rothbard y Justin Raimondo en el Libertarian Party en 1979, adaptando el decálogo a nuestras circunstancias territoriales y temporales.

El Radical Caucus no se ha creado con la intención de romper el partido o crear disensiones internas sino que tiene el objetivo de ser fuente de ideas y propuestas que puedan acabar materializándose en programas que ayuden a encauzar al mismo en una dirección radicalmente libertaria.

Los promotores de la idea, nos dotamos del siguiente decálogo como guía de actuación política y animamos al partido a hacerlos propios, mantenerlos y llevarlos más allá si cabe:

1. Partido de masas- El P-Lib debe tratar de conseguir ser un partido de masas, por lo que no debe encasillarse en políticas dirigidas a clases, colectivos o acciones demasiado cerradas. La libertad es una meta que beneficia al individuo y al resto de la sociedad y la lucha por acercarse a ese ideal debe tener un enfoque global.

2. La resistencia y los oprimidos- El P-Lib debe hacer un especial esfuerzo en reclutar miembros entre los grupos más oprimidos por el estado porque la indignación de esos que experimentan la opresión es seguida por aquellos que se oponen a la opresión por principio. El partido nunca debe apoyar el inicio de la fuerza salvo acciones de auto-defensa o resistencia a la tiranía.

3. Coalición Anti-estado- Defendemos que los militantes y simpatizantes pueden tener múltiples motivos y sensibilidades para unirse al proyecto sin que deban exigirse lealtades absurdas a ideales democráticos o legitimadores del estado aún en su forma mínima, siendo tan legítimas como cualesquiera otras las adhesiones pragmáticas. Por tanto nos oponemos a todas las acciones que tiendan a excluir a los anarquistas de la actividad del partido.
Asimismo trabajaremos para establecer lazos de comunicación fluida con otras organizaciones libertarias, para, cada uno en su ámbito, remar en la misma dirección pro desaparición del estado.
Esta «Alianza Libertaria» será un objetivo prioritario para los miembros del Radical Caucus.

4. Populismo- El P-Lib debe confiar y tener la confianza de la gente para ofrecerles un programa de Libertad y Justicia. El partido debe tener siempre como objetivo estratégico convencer a la mayoría de la gente de la solidez y coherencia de la doctrina libertaria.

5. Sin compromiso- El Radical Caucus insiste en que todas las reformas defendidas por el P-Lib deben tender a disminuir el poder del gobierno y que ninguna de ellas debe ir en contra del ideal final de una sociedad totalmente libre. Creemos que atarse a una visión gradualista en la teoría supone una renuncia a la acción concreta realmente libertaria en la práctica.

6. Anti-imperialismo y política exterior pacifista- Estamos en contra de las aspiraciones a un control mundial por parte de una o varias superpotencias. Estaremos siempre vigilantes para denunciar las mentiras que las grandes potencias nos hacen llegar a través de sus medios de propaganda. No apoyaremos intervenciones en países extranjeros basadas en falacias como la expansión de la democracia. La única intervención legítima es la autodefensa y la lucha contra la tiranía.
Apoyamos la expansión de un movimiento revolucionario libertario internacional en el que las diferencias de razas, credos y opiniones no sean motivos de enfrentamiento. Abogamos por la desobediencia ante la militarización obligatoria y consideraremos héroes por la libertad a los desertores que la maquinaria estatal trata como traidores.

7. Desarme nuclear- Abogamos por el mutuo desarme nuclear de las potencias ya que como libertarios, consideramos que un armamento que no posee capacidad de discernir entre culpables o inocentes y produce una destrucción total es un crimen contra la humanidad y sus poseedores los mayores criminales.

8. Los Derechos son lo primero- Consideramos que los derechos de los individuos son lo primero, no por un mero análisis utilitarista de coste-beneficio sino por ser éticamente superiores a cualquier otra consideración. No defenderemos, por ejemplo, la liberalización de las drogas porque acabe con las mafias, baje el precio, aumente la calidad y se recuperen enormes cantidades de recursos utilizados en la guerra contra las drogas sino por la inmoralidad de que el máximo violador de derechos y máxima organización criminal de la historia como es el estado pueda decidir sobre que puede o no hacer un individuo soberano con su cuerpo.

9. Teoría libertaria de clases- Consideramos que hay dos clases sociales: los opresores (políticos, funcionarios empresarios subvencionados y protegidos y todos los que son receptores netos de beneficios procedentes del expolio estatal) y los oprimidos (el resto, los que viven de lo que producen y no se aprovechan del prójimo).
Condenamos el statu quo actual que condena a unos a ser víctimas de la rapiña y a otros no deja alternativa sin peligrar su sustento, debido a la enorme extensión alcanzada por los tentáculos del poder que han permeabilizado cada sector de la sociedad.
Estas dos clases están en continuo conflicto que con el avance hacia el estado total que estamos experimentando no hará más que acrecentarse. Las acciones y pronunciamientos del partido deberían tener esto en cuenta e ir encaminadas a contribuir a la derrota y desaparición del complejo militar-industrial propio del capitalismo burocrático de estado.
Este esquema de teoría de las clases sociales toma del marxismo la dialéctica de las dos clases en conflicto pero aquí acaban las similitudes con la misma.

10. Teoría de la propiedad- Debido a la ocupación violenta en el pasado de la tierra por parte del estado muchas propiedades actuales son ilegítimas. Apoyamos la restitución a las víctimas y en los casos que esto no sea posible por desconocerse la identidad del legítimo propietario o sus herederos debido al tiempo transcurrido apoyaremos formas alternativas de transferir la propiedad estatal a manos privadas como el modelo checo de reparto de acciones a gran escala entre la población o, cuando sea posible, que la propiedad pase a los ocupantes y/o trabajadores actuales (en el caso de empresas estatales).
No apoyaremos privatizaciones basadas en entregar las antiguas empresas públicas a los plutócratas de turno, empresarios que han hecho fortuna a la sombra del poder, mediante subsidios, barreras de entrada a la competencia, monopolios o medidas proteccionistas. Creemos que la combinación de “gran gobierno + gran empresa” es el caldo de cultivo adecuado para la tiranía.

Partido de la Libertad Individual

La creación de este nuevo partido ha suscitado un interesante debate en el que han participado desde liberales minarquistas hasta todo tipo de ocupantes del espacio conocido como «libertarian left«, es decir, una miríada de individuos que se mueven en el espectro anarco individualista, agorista, mutualista y similares y en el cual me incluyo.

También ha suscitado debate entre ciertos liberal conservadores de la órbita Red Liberal, pero ese es otro debate que no quiero emprender, temerosos de que un partido autodenominado liberal proponga cosas tan sensatas como que religión y política son ámbitos diferenciados y que no se puede, desde el liberalismo, intentar imponer al resto de la población una visión moral concreta.

 

Victor Koman resume la postura agorista sobre el tema en su polémico panfleto «Death to the Party» que consiste básicamente en que no es legítimo moralmente participar en política pues si realmente se desea disminuir o eliminar la coacción estatal, haciéndolo se está participando del sistema que se dice atacar.

Lo correcto sería practicar la Contraeconomía, todo tipo de intercambios voluntarios entre individuos, sean estos tolerados o prohibidos por el estado. Desde compraventas hasta el tráfico de drogas.

Guerra cultural, ideológica y pequeños sabotajes que vayan minando la capacidad del Leviathan para obtener alimento a la vez que se le deslegitima. Llevamos años clamando por un Gramsci libertario.

 

Víctor L. desde la imprescindible página mutualista en la que participa también está en contra . Todos sus argumentos son correctos, a mi entender, como la desmovilización y conformismo en la que caen los que participan en política y la apelación a la lucha cultural.

Propone la siguiente secuencia de actuación: 1) difusión cultural; 2) asociacionismo y economía social 3) agorismo y contra economía; y 4) huelga de contribuyentes, que considero otra vez muy acertada, culminando en esa fase de desobediencia explícita cuando la fruta estatal esté madura para caer del árbol.

 

Pues bien, compartiendo todos los argumentos en contra expuestos, he de decir que tras meditarlo mucho, luchar contra mi «yo sensato» que me instaba a no ensuciar mis manos en el lodazal de la política he tomado la decisión de pedir mi alta en el partido, por varias razones:

-El altavoz mediático que supone un partido, con posibilidad de convocar a la prensa o espacios electorales gratuítos entre otras cosas, que hacen que una idea pueda llegar a gente totalmente ajena a la blogosfera libertaria.

-La renuncia expresa que se hace en sus estatutos a aceptar financiación pública, donándose inmediatamente a la organización que se decida, el fruto del expolio. Además, de llegar a darse el hecho de obtener un cargo público el acto de renuncia será muy comentado si se maneja hábilmente y el ciudadano empezará a cuestionarse sobre la justicia de la financiación vía impuestos de partidos, sindicatos y confesiones varias.

-La posibilidad, meramente estadística, de que al darse a conocer un ideal basado en la libertad (aunque en este caso minarquista) a gran parte de la población surja interés por profundizar en el mismo en un cierto número de gente que ahora no existe.

-El hecho de que a pesar de compartir todas las objeciones, no es incompatible la práctica de la contraeconomía, la difusión cultural y la guerrilla ideológica con la idea del partido siempre que se tenga claro hacia donde se va y cuál es el objetivo último y nuestra actividad partidista no vaya en dirección contraria.

Mi actitud allí dentro será un poco, permítaseme el símil, como la de los batasunos con respecto a E.T.A., una ambigüedad calculada con respecto a los crímenes sin víctima. El sistema actual condena al traficante, al evasor fiscal, al que pretende la secesión pacífica de un territorio y nosotros, aún estando dentro del sistema no marcaremos distancias con ellos sino que se tratará de explicar al público por qué se condenan ciertas conductas aún no existiendo víctima real. NO A LOS CRÍMENES SIN VÍCTIMA, no son legítimas construcciones jurídicas como los llamados crímenes contra la sociedad.

 

Una vez dentro, trataré según los cauces correspondientes,  de luchar por modificar ciertas cosas que me chirrían sobremanera como esa apelación a la intervención militar humanitaria o para extender los ideales democráticos.

El liberalismo (no hablo ya de anarquismo) en el S.XIX era aislacionista en aventuras militares exteriores en gran parte (luego llegaron aberraciones como el liberalismo imperialista británico que contribuyó a demoler esa ideología al ceder terreno a los estatistas).

Como dijo Randolph Bourne, «La guerra es la salud del estado» puesto que todas esas medidas extraordinarias que se adoptan en tiempo de guerra difícilmente se revierten al acabar los conflictos, ampliando así el estado su poder de coerción masiva.

Las víctimas inocentes que se provocan no son asumibles, salvo si se ha caído demasiado profundamente en el dogma estatal.

Dejo como muestra de mi postura sobre el tema el «Who we are» de la imprescindible página libertaria Antiwar.com.

 

También me gustaría luchar por que la apelación que se hace a la privatización de lo público no se convierta en conferir favores a los plutócratas de siempre, manchados de origen sus negocios por los favores, protecciones y prebendas estatales. Sus propiedades no son legítimas.

En su caso, la idea sería que, dada la ilegalidad de la ocupación estatal, se devolviera a sus trabajadores la propiedad de la industria o servicio, dividiéndose en las entidades más pequeñas posibles con capacidad funcional.

En la línea de lo argumentado por Rothbard en «How and how not to Desocialize»

 

Tras estas pequeñas pinceladas de futura línea de actuación no me queda más que esperar no haberme equivocado con esta decisión, reversible en cualquier caso, y que la experiencia sirva de algo aunque lo veo complicado dado el panorama actual.

Baja en el proyecto del Partido Libertario

El proyecto que debía conducir a la creación de un Partido Libertario ha tenido un corto trayecto en mi caso.

 Está visto que en este tipo de organizaciones las diferncias de matiz son una barrera bastante complicada de salvar pues somos personas con unos valores y una ética marcada que nos impide tragar con cualquier cosa. Afortunadamente no somos un partido de masas como PP o PSOE donde el debate brilla por su ausencia y donde sus militantes y simpatizantes no pasan de ser hooligans que dicen amen a todo los que les sirvan desde arriba.

Dejo un estracto de lo que escribí en el grupo de correo del Partido Libertario explicando mi baja del proyecto:

«Ante todo, pedir disculpas a todos por mi inconstancia y falta de
tiempo para dedicar al proyecto.
Por temas personales ando bastante ocupado y dudo que en un lapso de
tiempo breve vaya a estar mucho mejor que ahora por lo que sería
ridículo pretender embarcarme en aventuras que impliquen un cierto
gasto de tiempo que no poseo en la actualidad.
Llevaba yo años clamando ante quien quisiera escucharme por la
necesidad de la existencia de un Partido Libertario que sacudiera el
panorama y las conciencias de la gente, amen de obligar a retratarse a
los estatistas y ponerlos a la defensiva. El tema de lograr
representación no entraba en ningún cuadro de futuro debido a las
tendencias de los ciudadanos de este país así como a un férreo sistema
partitocrático poseedor de una Ley Electoral que lo hacía
prácticamente imposible.
Hace poco, hablando con Stewie, encontré a una persona que, como yo,
creía en la necesidad de la existencia de esta opción y con un
entusiasmo contagioso me animó a lanzar un globo sonda que, de recibir
una cierta respuesta, sirviera de embrión de ese partido.
Y en ello estamos actualmente.
El caso es que entre mi falta de tiempo y a la orientación que va
tomando el tema creo que lo más honrado que puedo hacer es bajarme del
barco.
Mi creencia en la necesidad de esta opción se basaba no en
perspectivas de cargos o elaborados programas sino en el hecho de que
existiera ALGUIEN que justificara acciones de desobediencia civil
emprendidas por ciudadanos respetuosos de los derechos ajenos pero
rebeldes ante la aplastante intromisión estatal, o las liderara.
Alguien que «descriminalizara» (perdón por el palabro) cualquier
acción que no invadiera la propiedad de otros y que se encuentre
penada por la axfisiante maraña legislativa que nos envuelve.
En suma, una organización que liderara o secundara acciones de
resistencia pacífica al estatismo rampante, que practicara y
difundiera la contraeconomía (todo intercambio libre y voluntario
entre dos partes prohibido o regulado por el estado), promocionara la
utilización de mercados negros y grises al margen de una realidad
hiperregulada y burocratizada, que promoviera la secesión pacífica «ad
infinitun» pues negamos el supuesto contrato social que establece
nuestra esclavitud perpetua.
Resistencia, no colaboración, evasión y guerrilla informativa y
cultural son los conceptos clave que me llevaban hacia la idea del
Partido Libertario, por la simple razón de que una opción política
tiene posibilidades de captar atención informativa que nos hicieran
llegar a la gente no porque considerara que participar en el sistema
fuese lo más conveniente (aunque no descarto la posibilidad ni dirijo
reproches hacia quienes lo hagan con la mente puesta en la demolición
desde dentro del mismo).

Viendo las lineas de acción que se están planteando, tan alejadas de
lo que yo pretendía en un principio, creo que lo más honesto es que
abandone el barco antes de que mi postura pudiera suponer un problema
(por falta de tiempo descarto luchar por tratar de hacer que mi visión
sea la que acabe prevaleciendo).
Aún así seguiré toda esta aventura muy de cerca y sin duda nos
encontraremos muchas veces en el camino. Podeis contar conmigo para lo
que pudiera seros de ayuda y seguiré todas las discusiones y acciones
que se planteen.
Eso es todo, dadme de baja en el foro y grupo de correo si es sólo
para miembros para no interferir en vuestras discusiones internas
aunque tened por seguro que no utilizaría nunca contra este proyecto
cualquier información que pudiera tener.

Un abrazo, disculpas por mi ausencia y suerte para el futuro.

SALUD Y LIBERTAD. «

De todas formas seguiré el camino de una aventura tan necesaria como complicada desde cerca, ayudando en algo si se puede y difundiendo, en la medida de lo posible, sus iniciativas.

Por mi parte me dedicaré a profundizar y difundir la contraeconomía como camino revolucionario para subvertir el orden de cosas actual.

Creo que el Agorismo es una senda virgen a transitar y otra forma de ser anarquista de mercado distinta a la de los anarcocapitalista clásicos. La otra cara de la moneda.

Una centrada en el estudio de una ética y economía correctas y la otra, proveniente del anarquismo individualista, más centrada en la acción y la lucha.

Ambas, igual de necesarias y complementarias. Como dije en cierta ocasión es hora de que los anarcocapitalistas de corbata y los de barricada trabajemos juntos y coordinados.

Reclamo el uso de la bandera negra anarquista por ser el negro el anticolor, opuesto a los colores y símbolos de las banderas de todas las patrias y partidos, entes totalizadores y colectivistas que sirven de coartada para la esclavización y anulación del individuo en aras de un supuesto bien superior.

Agora, Anarchy, Action!

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Plataforma pro creación de un Partido Libertario

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El Señor Stewie Griffin y un servidor, dadas las coincidencias que teníamos sobre el tema y tras una larga conversación hemos  hecho un primer llamamiento a la creación de un futuro Partido Libertario.

De la respuesta obtenida dependerá que esto cristalice en algo tangible o se quede en una conversación de bar aunque a través del teclado. 😉

 Ahí dejo el texto que he escrito para la ocasión, además he colocado un link en este blog.

¡La Libertad no se defiende con actitudes pusilánimes, es la hora de la acción!

NECESIDAD DE UN PARTIDO LIBERTARIO    

Los amantes de la Libertad vivimos tiempos difíciles aunque esa ha sido una constante a lo largo de la historia.

Pero el S.XX se mostró como el siglo del estado total con lo que ello conlleva de fiscalización de los ciudadanos, prácticamente convertidos en súbditos de las “avanzadas democracias liberales” y directamente esclavos del estado en otros modelos de organización política, militarismo agresivo, guerra y acoso a libertades básicas de información, expresión etc.

           

            En este tercer milenio no ha mejorado mucho el panorama salvo por la explosión de Internet como sistema anárquico, incontrolable, espontáneo y creador. Es por eso que han saltado las alarmas en las guaridas del poder desde donde se intenta conducir, controlar o vigilar el fenómeno.

            Un sistema sólo es capaz de sostenerse con el apoyo, o al menos la no beligerancia, de los ciudadanos sometidos a él. De ahí que a través de los tiempos hemos podido ver como el estado ha reclutado para abrillantar su negro proceder a las fuerzas con mayor influencia sobre la educación y opinión de las gentes.

Ahí la famosa alianza trono-altar fue una entente poderosísima en la que los segundos justificaban los atropellos de los primeros y su ilegitimidad de origen a cambio de prebendas y sinecuras.

            Tras la desaparición del Antiguo Régimen y la progresiva secularización posterior hubieron de cambiar de palmeros.

La rápida alfabetización de los pueblos ofrecía un panorama de una población potencialmente lectora en su totalidad y con facilidad de acceso a la cultura con lo que estaba claro a quienes iban a recurrir en esta nueva etapa.

            Los intelectuales y profesores se han convertidos en los apuntaladores modernos del aparato de represión estatal. Pero, ¿cómo unas gentes con conciencia crítica e inteligencia han sucumbido tan fácilmente a una posición genuflexa y apesebrada?

La funcionariozación del noble oficio de maestro ha sido la culpable por una parte, al resto de “intelectuales” se los ha domesticado a base de cargos, premios y una progresiva entrada en los presupuestos públicos mediante diversas operaciones de las que son responsables los llamados Ministerios de Cultura.

Así se sostiene el sistema, adoctrinando y amoldando las mentes de las personas de la cuna a la tumba, aunque afortunadamente siempre quedarán espíritus libres e indomables.

            Es en este contexto, en el que siglos de propaganda hacen dificilísimo que una parte significativa de la gente cuestione el sistema de coacción generalizada y violencia al que conocemos como estado, donde surge la necesidad de lanzar una opción libertaria a la arena política.

No para conseguir sillones y cargos, que no los conseguiremos, no para recibir subvenciones que no aceptaríamos y además denunciaremos, sino para poner negro sobre blanco ante la opinión pública asuntos que el resto de fuerzas nunca osarían tocar pues, disputas infantiles al margen, todos están en el gran consenso socialdemócrata incapaces de poner freno a un estado que se come la mitad de la riqueza de los países desarrollados y es la mayor organización criminal que han conocido los siglos.

            Queremos ser el aguijón inconformista, la voz crítica y la denuncia constante. Pensadores, Think Tanks y creadores de opinión independientes son imprescindibles para ir permeando el duro caparazón del estatismo con la apertura de los ojos que se dejen abrir pero creemos que el día a día político es imprescindible no abandonarlo a los estatistas de todos los partidos y bombardearemos con consignas sencillas, directas y persistentes al común de los ciudadanos que jamás cogería determinados libros para leer a determinados autores.

            Creemos que algún día amanecerá la libertad, radiante, en un mundo donde el intercambio voluntario y la cooperación serán las formas de actuar dejando atrás la imposición y la violencia. Hasta que ese día llegue, mantendremos la vista fija en ese objetivo final pero trabajaremos también el gradualismo político SIEMPRE que no contradiga implícita o explícitamente el objetivo final de libertad suprema.

            Esa es nuestra meta, nuestro ideal la libertad. Necesitamos que todos los que creen en ella trabajemos juntos y seamos vehementes  en su defensa.

Rompe las cadenas que nos impusieron, físicas y mentales, y lucha con nosotros por un futuro de Paz, Libertad y Cooperación voluntaria.

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