Partido de la Libertad Individual

La creación de este nuevo partido ha suscitado un interesante debate en el que han participado desde liberales minarquistas hasta todo tipo de ocupantes del espacio conocido como «libertarian left«, es decir, una miríada de individuos que se mueven en el espectro anarco individualista, agorista, mutualista y similares y en el cual me incluyo.

También ha suscitado debate entre ciertos liberal conservadores de la órbita Red Liberal, pero ese es otro debate que no quiero emprender, temerosos de que un partido autodenominado liberal proponga cosas tan sensatas como que religión y política son ámbitos diferenciados y que no se puede, desde el liberalismo, intentar imponer al resto de la población una visión moral concreta.

 

Victor Koman resume la postura agorista sobre el tema en su polémico panfleto «Death to the Party» que consiste básicamente en que no es legítimo moralmente participar en política pues si realmente se desea disminuir o eliminar la coacción estatal, haciéndolo se está participando del sistema que se dice atacar.

Lo correcto sería practicar la Contraeconomía, todo tipo de intercambios voluntarios entre individuos, sean estos tolerados o prohibidos por el estado. Desde compraventas hasta el tráfico de drogas.

Guerra cultural, ideológica y pequeños sabotajes que vayan minando la capacidad del Leviathan para obtener alimento a la vez que se le deslegitima. Llevamos años clamando por un Gramsci libertario.

 

Víctor L. desde la imprescindible página mutualista en la que participa también está en contra . Todos sus argumentos son correctos, a mi entender, como la desmovilización y conformismo en la que caen los que participan en política y la apelación a la lucha cultural.

Propone la siguiente secuencia de actuación: 1) difusión cultural; 2) asociacionismo y economía social 3) agorismo y contra economía; y 4) huelga de contribuyentes, que considero otra vez muy acertada, culminando en esa fase de desobediencia explícita cuando la fruta estatal esté madura para caer del árbol.

 

Pues bien, compartiendo todos los argumentos en contra expuestos, he de decir que tras meditarlo mucho, luchar contra mi «yo sensato» que me instaba a no ensuciar mis manos en el lodazal de la política he tomado la decisión de pedir mi alta en el partido, por varias razones:

-El altavoz mediático que supone un partido, con posibilidad de convocar a la prensa o espacios electorales gratuítos entre otras cosas, que hacen que una idea pueda llegar a gente totalmente ajena a la blogosfera libertaria.

-La renuncia expresa que se hace en sus estatutos a aceptar financiación pública, donándose inmediatamente a la organización que se decida, el fruto del expolio. Además, de llegar a darse el hecho de obtener un cargo público el acto de renuncia será muy comentado si se maneja hábilmente y el ciudadano empezará a cuestionarse sobre la justicia de la financiación vía impuestos de partidos, sindicatos y confesiones varias.

-La posibilidad, meramente estadística, de que al darse a conocer un ideal basado en la libertad (aunque en este caso minarquista) a gran parte de la población surja interés por profundizar en el mismo en un cierto número de gente que ahora no existe.

-El hecho de que a pesar de compartir todas las objeciones, no es incompatible la práctica de la contraeconomía, la difusión cultural y la guerrilla ideológica con la idea del partido siempre que se tenga claro hacia donde se va y cuál es el objetivo último y nuestra actividad partidista no vaya en dirección contraria.

Mi actitud allí dentro será un poco, permítaseme el símil, como la de los batasunos con respecto a E.T.A., una ambigüedad calculada con respecto a los crímenes sin víctima. El sistema actual condena al traficante, al evasor fiscal, al que pretende la secesión pacífica de un territorio y nosotros, aún estando dentro del sistema no marcaremos distancias con ellos sino que se tratará de explicar al público por qué se condenan ciertas conductas aún no existiendo víctima real. NO A LOS CRÍMENES SIN VÍCTIMA, no son legítimas construcciones jurídicas como los llamados crímenes contra la sociedad.

 

Una vez dentro, trataré según los cauces correspondientes,  de luchar por modificar ciertas cosas que me chirrían sobremanera como esa apelación a la intervención militar humanitaria o para extender los ideales democráticos.

El liberalismo (no hablo ya de anarquismo) en el S.XIX era aislacionista en aventuras militares exteriores en gran parte (luego llegaron aberraciones como el liberalismo imperialista británico que contribuyó a demoler esa ideología al ceder terreno a los estatistas).

Como dijo Randolph Bourne, «La guerra es la salud del estado» puesto que todas esas medidas extraordinarias que se adoptan en tiempo de guerra difícilmente se revierten al acabar los conflictos, ampliando así el estado su poder de coerción masiva.

Las víctimas inocentes que se provocan no son asumibles, salvo si se ha caído demasiado profundamente en el dogma estatal.

Dejo como muestra de mi postura sobre el tema el «Who we are» de la imprescindible página libertaria Antiwar.com.

 

También me gustaría luchar por que la apelación que se hace a la privatización de lo público no se convierta en conferir favores a los plutócratas de siempre, manchados de origen sus negocios por los favores, protecciones y prebendas estatales. Sus propiedades no son legítimas.

En su caso, la idea sería que, dada la ilegalidad de la ocupación estatal, se devolviera a sus trabajadores la propiedad de la industria o servicio, dividiéndose en las entidades más pequeñas posibles con capacidad funcional.

En la línea de lo argumentado por Rothbard en «How and how not to Desocialize»

 

Tras estas pequeñas pinceladas de futura línea de actuación no me queda más que esperar no haberme equivocado con esta decisión, reversible en cualquier caso, y que la experiencia sirva de algo aunque lo veo complicado dado el panorama actual.

Que se marchen: Partido Liberal

Parece que muchos se han caído del caballo ahora con el PP y su líder y se dan afligidos golpes de pecho llorando por el abandono (nunca lo tuvo, ¿no lo ven?) de  la senda liberal por parte del partido en el que militan o con el que simpatizan.

 

El PP es, y siempre ha sido, un partido oportunista sin principios, movido más por el viento de las encuestas que por las ideas o valores propios.

Es el partido de todos los que no votan socialista, desde las marquesas a los alféreces provisionales, pasando por conservadores de toda la vida, democristianos que anclan su visión política en la Doctrina Social de la Iglesia y moderados urbanitas que a lo más que aspiran es a no ser molestados en exceso por el estado y a que sus impuestos sean gestionados lo más correctamente posible.

Es un partido a la contra, pero su carácter no es menos socialista que el de los herederos de Pablo Iglesias.

Defienden un intervencionismo desaforado en la vida del ciudadano, tanto económico como moral. Patética fue la escena de Rajoy en el debate preelectoral con ZP presumiendo de que Madrid construye más vivienda protegida que Andalucía y Cataluña juntas.

Yo soy más socialista que tú, era la coletilla que le faltó anotar.

Socialismo de derechas que sólo puede presumir, y ese es el único  aval que presentan, de gestionar un poco mejor el expolio perpetrado contra el ciudadano.

 

Para este viaje no hacían falta alforjas y a este clavo ardiendo se han agarrado muchos supuestos liberales defensores de la doctrina del mal menor frente a los socialistas. ¿Mal menor?  ja.

 

Me alegra sobremanera la retirada de careta de Rajoy en su discurso contra Aguirre pues ya no caben ingenuidades forzadas ni sobreactuadas rasgadas de vestiduras.

Ahí tenéis al líder de la derecha española tal como es, sin tapujos.

Bendiciendo un partido donde quepan desde la socialdemocracia hasta los herederos de Blas Piñar ha puesto, negro sobre blanco, en claro su apuesta por un modelo de partido de masas sin ideas, amorfo, flexible según sople el viento, caciquil, débil, servil con los poderosos y conservador del anquilosado estado del bienestar.

 

Esa puerta que ha abierto a los «liberales» del PP debería ser tomada por alguien para acabar con la anormalidad que supone que no exista en este país una opción liberal que defienda al ciudadano indefenso frente al estado total, que justifique usando su capacidad de convocatoria y acceso a medios, la lucha del individuo respetuoso de los derechos ajenos pero rebelde a la imposición estatal.

El partido de los heterodoxos, los rebeldes y los individuos explotados frente a los capitalistas proteccionistas y subvencionados, los neoliberales que cierran ojos ante abusos si hay oportunidades de negocio y los aspirantes a vivir del despacho y coche oficial.

 

¿Sería capaz Aguirre de liderar este partido?

Lo dudo mucho porque gasta a manos llenas como los demás, utiliza los medios públicos como altavoz propagandístico como los demás, impone medidas estalinistas como la prohibición de construir más de tres alturas y ático en toda la Comunidad de Madrid, como los demás y lo confía todo a la benevolencia del gobernante como los demás.

Ante eso, la bajada de unas décimas en el tramo autonómico del IRPF, la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones o una mejor (y mejorable) gestión no suponen más que gotas en el oceano.

Quizá esta disputa entre clanes mafiosos de los partidos sirva para poner en marcha el torrente de libertad que acabe desbordando a este sistema anquilosado, ineficaz, corrupto y criminal o, posiblemente, se quede todo en sendas bravuconadas cara a medir fuerzas en el partido.

 

El tiempo dirá.

Agorismo: Anarquismo de mercado revolucionario

Traigo aquí, después de mucho tiempo sin publicar nada, este artículo publicado en la Anarchopedia por lo didáctico y lo clarificador sobre esta desconocida teoría pero que tanto da que hablar en los pequeños círculos libertarios.

Estamos en proceso de terminar con la traducción del «New Libertarian Manifesto» de Samuel Konkin para publicarlo en el blog Agorista colectivo que es la piedra angular sobre la que se construye este edificio.

Sin más.

 

 

 

El agorismo es una escuela anarquista basada en el concepto de «ágora», un espacio o red comercial autónoma, que promueve la propiedad privada y el comercio libre sin coacción ni fraude y que visualiza el emprendimiento empresarial como forma de acción directa.[1][2] Su enfoque emprendedor va desde la defensa de la propiedad e iniciativa privada hacia el respaldo del mercado negro (y gris) como método revolucionario y la promoción de los emprendedores como nueva clase social.

Su teoría sobre la revolución y la clase social evoluciona desde la teoría de la propiedad ancap,[3][4] promoviendo el surgimiento desde abajo de empresas privadas por medios netamente privados, con negocios independientes del orden político, y provee un marco teórico para una innovadora redistribución de la propiedad a través de una forma radical de mercado libre que busca eliminar el proletariado como clase, convirtiendo a los trabajadores en empresarios radicales.

Tabla de contenidos

 

1 Léxico

Léxico

Los agoristas son notorios por sus conceptos que intentan ser más acordes con un nuevo enfoque emprendedor[5] sobre temas económico-políticos, de allí conceptos propios como emprendetoriado, contraeconomía, ágora, entre otros.[6]

Ágora

Ejes del ágora económica:

  • Empresa privada y comercio libre
  • Negocios independientes e ilegales
  • Economía de grupos de emprendedores
  • Responsabilidad comercial personalizada

El concepto de ágora viene del griego «agora», que significa «espacio abierto», que era un lugar abierto para las reuniones y el comercio en las ciudades-Estado de la antigua Grecia. El sentido que da el agorismo de ágora es «espacio de mercado abierto» donde los proveedores ofrecen sus bienes y servicios y se ponen de acuerdo con los clientes. Según Robert LeFevre es un modelo de relaciones económicas donde las relaciones contractuales suplantan las relaciones de poder, en que casi cada uno es un autoempleado, existiendo redes de emprendedores relacionados entre ellos por el comercio, con negocios de responsabilidad personalizada.

Bajo las instituciones agóricas casi todo el mundo trabaja por cuenta propia. En lugar de la corporación existen grandes grupos de emprendedores relacionados por el comercio, no por la autoridad. Cada uno vende, no su tiempo, sino lo que su tiempo produce.

 
En el ágora los emprendedores interactúan entre sí por ser lo óptimo en el mercado, desarrollando una red comercial en la que venden su productividad, y donde sus instituciones son acuerdos. Se produce una combinación entre contratación individual y autoempleo, e incluso propiedad cooperativa voluntaria. El éxito en el ágora sólo surge por medios privados, ajenos a la política. El resultado, una economía popular de propietarios radicales.

Contraeconomía y revolución

El agorismo es anarquismo privatista con una estrategia revolucionaria de mercado. Su estrategia prima los medios económicos por lo que favorece las empresas independientes del poder político, incluyendo la contraeconomía. Ésta significa simplemente mover recursos y esfuerzos a actividades comerciales autónomas de mercado negro y gris no violento para mantenerse a uno mismo.[7] El mercado gris es el mercado voluntario de bienes legales y servicios prestados ilegalmente (en violación de los reglamentos o los impuestos), el mercado negro es el mercado voluntario de bienes y servicios ilegales. La contraeconomía es «la suma de toda la acción humana no-agresiva, que está prohibida por el Estado», para usar una definición de la literatura agorista. Esto es que viven libres.

Para el agorista hacer o defender negocios independientes del poder político incluye aquellos ilegales (o semiilegales) que no agredan ni estafen a nadie y generar ganancias de ello como estrategia para acabar con los monopolios privados y estatales. Argumentan que ser empresario ilegal es arriesgar y arriesgar es lo que hace un empresario y que si la economía regulada es legal, entonces la economía libre incluye la ilegal. Esta liberación puede darse a manera de una especie avanzada de economía informal, más creativa y especializada; que al liberar genere también rentabilidad.[8]

Empresas revolucionarias

Además, como el la red de mercado «negro» crece, el Estado pierde más y más de su financiación. También pierde mucho de su apoyo, ya que la gente se educa indirectamente a través del ejercicio de la libre mercado, y aún más personas se unirán. Llegado a un cierto tamaño, la demanda de otros tipos de servicios hace que las personas ofrezcan cosas como: como la contraeconomía no será sin conflicto, los servicios de arbitraje, a fin de resolver controversias de la manera más eficiente, seguros y servicios de protección, a fin de que los participantes de la red no arriesguen sus objetos de valor; mercado bursátil, para obtener capital de inversión, y así sucesivamente.[9]

El agorismo es anarquismo de mercado revolucionario.

En una sociedad anarquista de mercado, la función positiva del derecho y la seguridad será proporcionada por instituciones de mercado, no por instituciones políticas. Los agoristas reconocen, por tanto, que estas instituciones no se pueden desarrollar a través de la reforma política. En cambio, vendrán como resultado de los procesos de mercado.

Como el gobierno es el bandidaje, la revolución culmina en la supresión del gobierno por acción de los proveedores de mercado de seguridad y derecho. La demanda del mercado para los proveedores de servicios de este tipo es lo que dará lugar a su aparición. Desarrollo de la demanda que vendrá del crecimiento económico en el sector de la economía que rehuye expresamente la intervención del Estado (y, por tanto, no puede cambiar al Estado de su función de proveedor monopólico de seguridad y derecho). Ese sector de la economía es la contraeconomía, mercado negro y gris.

 
La contraeconomía todavía no es lo suficientemente grande o evidente para que la protección y justicia no-estatales pasen a ser una empresa muy rentable, debido a la economía de escala. El sistema de justicia no-estatal no se forma hasta que los ingresos de la contraeconomía crezcan lo suficiente para que tal servicio se pueda ofrecer en una escala lo suficientemente amplia para que pueda respaldarla. Es resumen si el gobierno y su ley coactiva es delincuencia, al ir contra la libertad y la propiedad de las personas, entonces la anarquía es derecho y seguridad voluntarias proporcionadas por empresas de seguridad y arbitraje surgidas desde abajo.

Emprendetoriado y clase social

El agorismo plantea a los emprendedores como clase social emergente, dándole el nombre de emprendetoriado, que en una economía y sociedad libre de autoritarismo debieran surgir ampliamente y suplantar tanto a la burguesía como al proletariado, clases producidas por lo que ellos denominan «capitalismo estatista». Esto porque en una economía libre proyecta una completa reestructuración de las relaciones comerciales ordinarias, por lo que es necesaria una redifinición del trabajo como búsqueda de innovación y ganancias.[10] El emprendetoriado incluiría la mayor parte de la economía y, al igual que la contraeconomía, surgiría de la iniciativa de emprendedores radicales.

Proyecciones posibles son la flexibilidad entre ser empleador y empleado y cambiar la dinámica a modo de contratantes independientes y ampliar el acceso al autoempleo y diversificar los negocios. El objetivo son asociaciones humanas donde las relaciones entre personas sean pactos e intercambios voluntarios, sustituyendo las relaciones político-institucionales de naturaleza coactiva por relaciones económico-comerciales de naturaleza voluntaria. Así una sociedad de economía agorista sería una de relaciones contractuales antes que una de relaciones de poder.

Algunas características de esta sociedad -libertaria en teoría y de libre mercado en la práctica, denominada agorista, del griego ágora, que significa «mercado abierto»- son rápidas innovaciones en la ciencia, la tecnología, las comunicaciones, el transporte, la producción y la distribución. Un logro complementario puede ser hecho para la rápida innovación y el desarrollo en las artes y las humanidades a la altura del mayor progreso material; también, por ejemplo, el progreso no material sería probable debido a la total libertad en todas las formas no violentas de la expresión artística y la cada vez más rápida y completa comunicación de la misma a voluntad de los receptores. La literatura libertaria que ensalza estos beneficios de la libertad ya es amplia y crece rápidamente.

 
Para los agoristas la lucha de clases es un hecho, pero que debe ser replanteado; es decir ésta existe pero entre las clases políticas y las clases productivas.[11] Las primeras son la élite y existen por el poder político, su influencia o favor, en cambio las productivas surgen netamente de la generación de valor económico sin influencia política, sean empleadores o empleados. Entre las empresas que son parte de la clase política están la banca especulativa, terratenientes, complejo industrial-militar y demás monopolios u oligopolios.

Tres tipos de capitalistas

La preferencia agorista por el término «mercado libre» no está limitada por las implicaciones del término capitalismo. Donde los anarcocapitalistas generalmente se refieren al libre mercado como capitalismo, los agoristas hacen la siguiente distinción en tres partes, según su legitimidad, entre el «capitalismo» surgido gracias al Estado y una economía voluntaria y legítima de propiedad privada y comercio libre.

emprendedor[12] o capitalista de aventura capitalista no estatista capitalista pro-estatista
(bueno) (neutral) (malo)
innovador, arriesgador, productor; la fuerza de un mercado libre dueños de capital, no necesariamente enterados ideológicamente; «relativamente autómatas no innovadores» «el mal principal en el reino político»

Consideran que liberales y marxistas suelen incluir a todos en un mismo grupo, deviniendo así las confusiones.[13] En este sentido los agoristas hacen diferencias entre tipos de propiedad privada según su origen, entre legítimas (por medios económicos) e ilegítimas (por medios políticos). Así los agoristas asocian su concepto de legitimidad-ilegitimidad de la propiedad al de los privilegios de las clases (pro)políticas, siendo libres de ignorar los títulos de propiedad fraudulentos de los capitalistas aliados del Estado.

Los anarcocapitalistas tienden a confundir al innovador (emprendedor) y al capitalista, tanto como los marxoides y los colectivistas crudos lo hacen [….] Es interesante que la victoria progresiva de economía austríaca, en particular en Europa, ha llevado […] a algunos nuevos izquierdistas, al menos, a tomar en serio nuestra reivindicación de que el capitalista y el emprendedor son clases muy diferentes que requieren análisis diferentes […] Los agoristas son rothbardianos estrictos, y yo diría en este caso, aún más rothbardianos que Rothbard, que todavía tenía algunas de las clásicas confusiones en su pensamiento.

 

 

Visión de la propiedad

Los agoristas son anarquistas privatistas puesto que promueven la propiedad privada, el comercio libre y las ganancias adquiridas sin coacción ni fraude. Consideran que los derechos de propiedad son derechos lógicos derivados de la soberanía personal. Los agoristas son privatistas ligeros en el sentido de que hacen diferencias entre tipos de propiedad privada según su origen, ya que en aquellas que consideran legítimas no tienen objeción alguna. En determinados casos consideran válida la propiedad colectiva, si los propietarios individuales consienten a ella por contrato o algún otro acuerdo voluntario mutuo. Son partidarios de la valoración subjetiva de los precios entre los tranzantes. Promueven y sostienen una reconciliación entre las obras de autores tan diferentes como Pierre-Joseph Proudhon y David Friedman en parte reconociendo diferencias terminológicas, la más evidente la palabra «propiedad».

Piensan que la propiedad privada sobre bienes naturales se puede extender más allá de la posesión bajo el criterio de apropiación original. La propiedad privada, particularmente en los suelos no continuaría infinitamente, sino que lo que se transforma o se usa con alguna capacidad de regular para evitar que sea considerado abandonado. Los agoristas consideran la propiedad intelectual ilegítima, tienden a oponerse a los copyrights y patentes como un monopolio ilegítimo tal como sostuvo Benjamin Tucker.

Al igual que el resto del anarquismo privatista, los agoristas sostienen que todo que aquello que sea útil y necesario puede convertirse en un servicio particular brindado por empresas privadas en un mercado libre sin restricciones monopólicas, lo cual a más de ser voluntario suponen lo hará de alcance popular y de calidad. Estos servicios particulares pueden ser educación, telecomunicaciones, transporte, justicia, seguridad, entre otros y sin límite, con fines lucrativos o no.

Capitalismo estatal-corporativo

Los agoristas ven en las empresas favorecidas por el gobierno un vínculo de la ilegitimidad del Estado con muchos de esos negocios. Creen que las restricciones estatales que limitan la responsabilidad en las empresas, por ejemplo las sociedades anónimas, corrompen esos negocios de tal manera que los gerentes actúan irresponsablemente con los activos de las empresas. Por ejemplo, si esos negocios pagan excesivamente a los ejecutivos y no pueden entonces resolver deudas contractuales, muchas leyes estatales protegen los salarios de aquellos que son responsables de la bancarrota. Los agoristas afirman que la responsabilidad no puede desaparecer o despersonalizarse simplemente por una ley gubernamental y así los negocios legítimos siempre tendrían administradores o dueños que serían responsables personalmente de cualquier acción ejecutada.

Las corporaciones son criaturas del Estado, creadas por él y que tienen dos privilegios que las protegen de las presiones del mercado. En primer lugar, las responsabilidad corporativa por daños a terceros está limitada automáticamente por decreto, y en segundo lugar, la responsabilidad se desplaza de las personas hacia una entidad ficticia. Cada una de las Cadre asume plena responsabilidad de sus actos, aunque la responsabilidad debe ser asegurada.

 
A través de nuestra economía estatal-capitalista, las relaciones económicas privadas han sido forzadas a un modelo autoritario y despersonalizante bastante similar a aquel del paradigma estatista reinante.[14] Empresas que patrocinan la guerra proveyendo a los ejércitos, compradores rebaño en los supermercados en largas líneas de espera para el derecho a comprar sus alimentos, los empleadores y propietarios son cada vez más intrusivos y controladores. Para los agoristas esto sucede en los negocios por las mismas razones que sucede en el gobierno: por el privilegio y la escasez de competencia.[15][16]

Acción política

El (o la) agorista se define como un promotor de la educación y la acción directa, con un enfoque especial en los emprendimientos y la contraeconomía. Los agoristas tienden a oponerse al sufragio y a la participación política puesto que no creen sean los medios más eficaces para expresar las preferencias de los ciudadanos.

Aunque muy similar al anarcocapitalismo, a diferencia del anarcocapitalismo (el agorismo) se opone a la propiedad intelectual. También está explícitamente en contra de la votación y las estrategias parlamentarias y comparten el deseo de la mayoría de los anarquistas individualistas de tener una economía en la que los trabajadores son también propietarios de la empresas en que trabajan.

 
Así, los agoristas presentan una vía emancipadora de anarquismo privatista, que piensan debe brindar soluciones de mercado a los ciudadanos comunes y a los diversos movimientos sociales. Respaldan las libertades personales tanto como las económicas. Ven el agorismo útil tanto para trabajadores como para empresarios.

Origen

Esta escuela anarquista es reciente, surge en el año 1980, del tratado de Samuel Konkin denominado Manifiesto neolibertario.[17] Contiene aportaciones teóricas anarquistas y un trasfondo cultural libertariano por lo que guarda diferencias con la posturas clásicas de ambos; está presente básicamente en los Estados Unidos. Ven en sus ideas una evolución y superación de las de Murray Rothbard calificánse los agoristas como rothbardianos de izquierda o neolibertarios.

Intentan reconciliar el anarcocapitalismo con el (neo)mutualismo[18] e incluso con el resto del socialismo libertario, como el anarcosindicalismo, hasta donde sea posible.[19]Entre los agoristas más conocidos se encuentran Samuel Konkin, Neil Schulman, Wally Conger, Brad Spangler, William Gillis, Per Bylund.

En la ficción

El escritor de ciencia ficción J. Neil Schulman, y editor de Konkin, promocionó las ideas agoristas en su novela Alongside Night de 1979, que recibió el premio Hall of Fame en 1989.[20]

Ron Paul 2008

Hay todavía una pequeña esperanza en el panorama electoral americano para las presidenciales de 2008.

Esta nación ha sufrido una brutal involución en los principios sobre los que fue fundada en los últimos ocho años, con la «Patriot Act» como enseña.

Las guerras contra el Terrorismo, las drogas o tiranos extranjeros sirven como coartada para restringir parcelas de libertad a los ciudadanos que, pasivamente o convenientemente bombardeados por la propaganda estatal, ceden en esta batalla.

Hay un candidato por el Partido Republicano (ya fue candidato presidencial por el Libertarian Party) que tiene como objetivo reducir el papel del estado a una expresión mínima teniendo en cuenta los estándares actuales.

Lucha contra la adulteración de la moneda y su control por parte de los gobiernos vía Bancos centrales proponiendo una vuelta al Patrón Oro.

Propone suprimir el impuesto sobre la renta sin sustituirlo por nada para sacar las manos del estado de innumerables parcelas que nunca debió ocupar.

Siempre ha votado en contra de los presupuestos deficitarios.

Aboga por una política exterior de estricta no-intervención y por la libertad de movimiento de mercancías y capitales. Lamentablemente, relacionado con esto está su mayor borrón que se refiere a su política de inmigración donde aboga por controles estrictos de la misma.

La máxima de Thomas Jefferson: «comerciar con todas las naciones, aliarse con ninguna» resume su postura exterior de no intervención y libre comercio.

Un gobernante que alejara a los USA de aventuras bélicas exteriores, podara brutalmente los poderes del gobierno federal y luchara contra la inflación, que es el mayor impuesto encubierto a los pobres, mediante la supresión de la Reserva Federal, presupuestos equilibrados y el retorno al Patrón Oro sería una gran noticia para el mundo por tratarse de la mayor potencia mundial y por el cambio de tendencia que podría liderar en otras naciones.

Sin tratarse, ni mucho menos, de un ideal maximalista la alternativa gradualista y centrada en el contexto actual que propone podría servir de primer peldaño hacia mayores cotas de libertad.

A pesar del boicot de los grandes medios de comunicación la «Ron Paul Revolution» avanza imparable.

¿Hasta dónde llegará?

Dejo un interesante vídeo que encontré en un blog dedicado al personaje en castellano y que es un buen resumen de las ideas que propone.

Baja en el proyecto del Partido Libertario

El proyecto que debía conducir a la creación de un Partido Libertario ha tenido un corto trayecto en mi caso.

 Está visto que en este tipo de organizaciones las diferncias de matiz son una barrera bastante complicada de salvar pues somos personas con unos valores y una ética marcada que nos impide tragar con cualquier cosa. Afortunadamente no somos un partido de masas como PP o PSOE donde el debate brilla por su ausencia y donde sus militantes y simpatizantes no pasan de ser hooligans que dicen amen a todo los que les sirvan desde arriba.

Dejo un estracto de lo que escribí en el grupo de correo del Partido Libertario explicando mi baja del proyecto:

«Ante todo, pedir disculpas a todos por mi inconstancia y falta de
tiempo para dedicar al proyecto.
Por temas personales ando bastante ocupado y dudo que en un lapso de
tiempo breve vaya a estar mucho mejor que ahora por lo que sería
ridículo pretender embarcarme en aventuras que impliquen un cierto
gasto de tiempo que no poseo en la actualidad.
Llevaba yo años clamando ante quien quisiera escucharme por la
necesidad de la existencia de un Partido Libertario que sacudiera el
panorama y las conciencias de la gente, amen de obligar a retratarse a
los estatistas y ponerlos a la defensiva. El tema de lograr
representación no entraba en ningún cuadro de futuro debido a las
tendencias de los ciudadanos de este país así como a un férreo sistema
partitocrático poseedor de una Ley Electoral que lo hacía
prácticamente imposible.
Hace poco, hablando con Stewie, encontré a una persona que, como yo,
creía en la necesidad de la existencia de esta opción y con un
entusiasmo contagioso me animó a lanzar un globo sonda que, de recibir
una cierta respuesta, sirviera de embrión de ese partido.
Y en ello estamos actualmente.
El caso es que entre mi falta de tiempo y a la orientación que va
tomando el tema creo que lo más honrado que puedo hacer es bajarme del
barco.
Mi creencia en la necesidad de esta opción se basaba no en
perspectivas de cargos o elaborados programas sino en el hecho de que
existiera ALGUIEN que justificara acciones de desobediencia civil
emprendidas por ciudadanos respetuosos de los derechos ajenos pero
rebeldes ante la aplastante intromisión estatal, o las liderara.
Alguien que «descriminalizara» (perdón por el palabro) cualquier
acción que no invadiera la propiedad de otros y que se encuentre
penada por la axfisiante maraña legislativa que nos envuelve.
En suma, una organización que liderara o secundara acciones de
resistencia pacífica al estatismo rampante, que practicara y
difundiera la contraeconomía (todo intercambio libre y voluntario
entre dos partes prohibido o regulado por el estado), promocionara la
utilización de mercados negros y grises al margen de una realidad
hiperregulada y burocratizada, que promoviera la secesión pacífica «ad
infinitun» pues negamos el supuesto contrato social que establece
nuestra esclavitud perpetua.
Resistencia, no colaboración, evasión y guerrilla informativa y
cultural son los conceptos clave que me llevaban hacia la idea del
Partido Libertario, por la simple razón de que una opción política
tiene posibilidades de captar atención informativa que nos hicieran
llegar a la gente no porque considerara que participar en el sistema
fuese lo más conveniente (aunque no descarto la posibilidad ni dirijo
reproches hacia quienes lo hagan con la mente puesta en la demolición
desde dentro del mismo).

Viendo las lineas de acción que se están planteando, tan alejadas de
lo que yo pretendía en un principio, creo que lo más honesto es que
abandone el barco antes de que mi postura pudiera suponer un problema
(por falta de tiempo descarto luchar por tratar de hacer que mi visión
sea la que acabe prevaleciendo).
Aún así seguiré toda esta aventura muy de cerca y sin duda nos
encontraremos muchas veces en el camino. Podeis contar conmigo para lo
que pudiera seros de ayuda y seguiré todas las discusiones y acciones
que se planteen.
Eso es todo, dadme de baja en el foro y grupo de correo si es sólo
para miembros para no interferir en vuestras discusiones internas
aunque tened por seguro que no utilizaría nunca contra este proyecto
cualquier información que pudiera tener.

Un abrazo, disculpas por mi ausencia y suerte para el futuro.

SALUD Y LIBERTAD. «

De todas formas seguiré el camino de una aventura tan necesaria como complicada desde cerca, ayudando en algo si se puede y difundiendo, en la medida de lo posible, sus iniciativas.

Por mi parte me dedicaré a profundizar y difundir la contraeconomía como camino revolucionario para subvertir el orden de cosas actual.

Creo que el Agorismo es una senda virgen a transitar y otra forma de ser anarquista de mercado distinta a la de los anarcocapitalista clásicos. La otra cara de la moneda.

Una centrada en el estudio de una ética y economía correctas y la otra, proveniente del anarquismo individualista, más centrada en la acción y la lucha.

Ambas, igual de necesarias y complementarias. Como dije en cierta ocasión es hora de que los anarcocapitalistas de corbata y los de barricada trabajemos juntos y coordinados.

Reclamo el uso de la bandera negra anarquista por ser el negro el anticolor, opuesto a los colores y símbolos de las banderas de todas las patrias y partidos, entes totalizadores y colectivistas que sirven de coartada para la esclavización y anulación del individuo en aras de un supuesto bien superior.

Agora, Anarchy, Action!

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Plataforma pro creación de un Partido Libertario

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El Señor Stewie Griffin y un servidor, dadas las coincidencias que teníamos sobre el tema y tras una larga conversación hemos  hecho un primer llamamiento a la creación de un futuro Partido Libertario.

De la respuesta obtenida dependerá que esto cristalice en algo tangible o se quede en una conversación de bar aunque a través del teclado. 😉

 Ahí dejo el texto que he escrito para la ocasión, además he colocado un link en este blog.

¡La Libertad no se defiende con actitudes pusilánimes, es la hora de la acción!

NECESIDAD DE UN PARTIDO LIBERTARIO    

Los amantes de la Libertad vivimos tiempos difíciles aunque esa ha sido una constante a lo largo de la historia.

Pero el S.XX se mostró como el siglo del estado total con lo que ello conlleva de fiscalización de los ciudadanos, prácticamente convertidos en súbditos de las “avanzadas democracias liberales” y directamente esclavos del estado en otros modelos de organización política, militarismo agresivo, guerra y acoso a libertades básicas de información, expresión etc.

           

            En este tercer milenio no ha mejorado mucho el panorama salvo por la explosión de Internet como sistema anárquico, incontrolable, espontáneo y creador. Es por eso que han saltado las alarmas en las guaridas del poder desde donde se intenta conducir, controlar o vigilar el fenómeno.

            Un sistema sólo es capaz de sostenerse con el apoyo, o al menos la no beligerancia, de los ciudadanos sometidos a él. De ahí que a través de los tiempos hemos podido ver como el estado ha reclutado para abrillantar su negro proceder a las fuerzas con mayor influencia sobre la educación y opinión de las gentes.

Ahí la famosa alianza trono-altar fue una entente poderosísima en la que los segundos justificaban los atropellos de los primeros y su ilegitimidad de origen a cambio de prebendas y sinecuras.

            Tras la desaparición del Antiguo Régimen y la progresiva secularización posterior hubieron de cambiar de palmeros.

La rápida alfabetización de los pueblos ofrecía un panorama de una población potencialmente lectora en su totalidad y con facilidad de acceso a la cultura con lo que estaba claro a quienes iban a recurrir en esta nueva etapa.

            Los intelectuales y profesores se han convertidos en los apuntaladores modernos del aparato de represión estatal. Pero, ¿cómo unas gentes con conciencia crítica e inteligencia han sucumbido tan fácilmente a una posición genuflexa y apesebrada?

La funcionariozación del noble oficio de maestro ha sido la culpable por una parte, al resto de “intelectuales” se los ha domesticado a base de cargos, premios y una progresiva entrada en los presupuestos públicos mediante diversas operaciones de las que son responsables los llamados Ministerios de Cultura.

Así se sostiene el sistema, adoctrinando y amoldando las mentes de las personas de la cuna a la tumba, aunque afortunadamente siempre quedarán espíritus libres e indomables.

            Es en este contexto, en el que siglos de propaganda hacen dificilísimo que una parte significativa de la gente cuestione el sistema de coacción generalizada y violencia al que conocemos como estado, donde surge la necesidad de lanzar una opción libertaria a la arena política.

No para conseguir sillones y cargos, que no los conseguiremos, no para recibir subvenciones que no aceptaríamos y además denunciaremos, sino para poner negro sobre blanco ante la opinión pública asuntos que el resto de fuerzas nunca osarían tocar pues, disputas infantiles al margen, todos están en el gran consenso socialdemócrata incapaces de poner freno a un estado que se come la mitad de la riqueza de los países desarrollados y es la mayor organización criminal que han conocido los siglos.

            Queremos ser el aguijón inconformista, la voz crítica y la denuncia constante. Pensadores, Think Tanks y creadores de opinión independientes son imprescindibles para ir permeando el duro caparazón del estatismo con la apertura de los ojos que se dejen abrir pero creemos que el día a día político es imprescindible no abandonarlo a los estatistas de todos los partidos y bombardearemos con consignas sencillas, directas y persistentes al común de los ciudadanos que jamás cogería determinados libros para leer a determinados autores.

            Creemos que algún día amanecerá la libertad, radiante, en un mundo donde el intercambio voluntario y la cooperación serán las formas de actuar dejando atrás la imposición y la violencia. Hasta que ese día llegue, mantendremos la vista fija en ese objetivo final pero trabajaremos también el gradualismo político SIEMPRE que no contradiga implícita o explícitamente el objetivo final de libertad suprema.

            Esa es nuestra meta, nuestro ideal la libertad. Necesitamos que todos los que creen en ella trabajemos juntos y seamos vehementes  en su defensa.

Rompe las cadenas que nos impusieron, físicas y mentales, y lucha con nosotros por un futuro de Paz, Libertad y Cooperación voluntaria.

Thinking Blogger Award

Tiene a bien Ramón Villaplana nominarme para el Thinking Blogger Award.

Se lo agradezco  por el detalle aunque no creo que este sitio, tan poco actualizado y fundamentalmente compuesto de textos de otros autores que considero interesantes pueda ser considerado demasiado interesante por nadie.

En cualquier caso reiterar mi agradecimiento y aprecio personal a Ramón desde la discrepancia ideológica. Lo tuyo si es talante de verdad y no miro a nadie.

Las normas del «concurso» son pasarlos a otros cinco bloggers que nos parezcan interesantes y nos hagan pensar.

En vista de que entre los blogs españoles que leo regularmente está bastante trillado el asunto voy a saltar el charco para pasarles la pelota a varios compañeros americanos bastante interesantes, así pues dejo fuera a gente como María Blanco o Aquiles que seguramente hubieran sido dos de mis nominados.

…and the winners are…

El Viking Liberal, así aprovecha para actualizarlo que hay ganas.

Destructor de Mitos.

Lobo gris de Lothlorien.

Marcos Ktulu, con el que me juego la mano derecha comparto ciertos gustos musicales 😉

Y at last but not least el gran Manuel Lora.

Para estos cinco premiados, permanezcan válidas las bases del concurso:

1.- Sí, y solo si, alguien te da el premio escribe un post con los 5 blogs que te hacen pensar.

2.- Enlaza el post original para que la gente pueda encontrar el origen del premio.

3.- Opcional, enseña el botón del premio enlazando el post que has escrito dando tu premio.

Nace Generación Red

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Una nueva revista digital fresca, libre y heterodoxa.

Yo, que soy un romántico, me niego a creer que los soportes en papel tradicionales de los libros y prensa acabarán sucumbiendo ante el empuje de los formatos digitales, pero es un terreno aún con muchas zonas a conquistar para el que sepa ver las posibilidades.

Un puñado de zaragozanos locos se han lanzado a esta apasionante aventura entre los que se encuentran Juan Freire, David Ballota o Fernando Vicente y contarán con colaboraciones que me convierten en lector,  desde ya,  de esta criatura como las de Santiago Navajas o Berlín Smith.

Sólo me queda felicitar a los padres de la criatura y recomendar a quien lea esto que pase por ese lugar, no le dejará indiferente.

Maldita agenda

Maldita mala suerte la que me hace coincidir dos eventos que no me perdería por nada del mundo y me ha hecho elegir uno y descartar, con mucho dolor, otro.

Los dioses IMMOLATION, para mí la mejor banda de Death Metal de todos los tiempos junto a MORBID ANGEL, se dejan caer mañana por los madriles.

Cita ineludible, teniendo en cuenta que son unos músicos de dejarte con la boca abierta,  nunca he tenido oportunidad de verlos en directo, están en la escena desde el comienzo del movimiento, tienen una trayectoria coherente y honesta en la que nunca se han vendido ni han sacado un mal disco y el feeling oscuro y opresivo que desprenden debe poner los pelos de punta en directo.

Solo comentar que su «Dawn of Possession» figura como integrante destacado en mi particular Top ten deathmetalero.

Por otro lado tenemos un nuevo evento del Instituto Juan de Mariana que, como viene siendo habitual, es merecedor de una atención destacada.

Charla de Jorge Valín titulada: «Anarquía, responsabilidad y caos. Cómo la democracia destruye la Libertad».

Sólo el conocer un poco como se las gasta el autor y leer el título de la conferencia puede dar una idea de lo que se avecina.

Tormenta provocadora de diatribas contra la moral gregaria, el estatismo, la corrección política y el socialismo de todos los partidos.

 Una maldita coincidencia  me ha hecho elegir y la elección era dura, fuese cual fuese la decisión tendría la sensación de no haber acertado con la misma.

Me quedo con el concierto, para abrir boca os/me dejo un pequeño aperitivo de estas leyendas vivientes de New Jersey.

Cuarta entrega de la serie sobre la abolición del Estado de Brad Edmonds.

Después de unas primeras entregas más centradas en aspectos generales éticos, vamos viendo como podría mejorar la vida en el día a día si eliminaramos al monstruo burocrático, criminal y torpe en el que ha devenido el estado del bienestar.

A pesar de controlar casi la mitad del P.I.B. su ineficiencia es manifiesta por la misma razón precisamente que señalaron Mises y Hayek en su formulación del teorema sobre la imposibilidad del socialismo:

La incapacidad de un órgano planificador central de hacerse con toda la información necesaria para asignar recursos y emprender acciones sin un sistema de precios libre de interferencias que son la mejor guía de las necesidades de los ciudadanos.

Cuanto más se avanza en intervencionismo más nos acercamos al colapso y la némesis totalitaria como podemos ver en el contraste entre el moribundo sistema europeo y el algo menos socialista (y por tanto algo más libre y dinámico) sistema americano.

Hemos ido pasando de una oposición basada en la ética del derecho natural a otra centrada en aspectos utilitarios, visiones que pueden y deben ser complementarias en la lucha por construir una teoría de la Libertad.

Sin más, os dejo con el maestro.

Abolir el Estado mejora las carreteras
(Abolishing Government Improves the Roads)

Mire en el reverso de su tarjeta bancaria o de débito. Mire también en la de crédito. Quienquiera que sea su banco, en el reverso de la tarjeta verá los logotipos de otras entidades – Cirrus, Plus, quizás otras. Cirrus es un sistema de gestión bancaria de Mastercard; Plus es de Visa; así hay muchas. Existe cooperación entre compañías, y los gerentes de redes son independientes. Por ejemplo, las tarjetas de débito de Visa tienen un logotipo de Cirrus en su reverso.

Esto significa que usted puede usar su tarjeta de débito obtenida en pequeño banco local con tres sucursales para obtener dinero en efectivo de un cajero a lo largo de todo el país. Sí, cada banco le carga uno o dos dólares de comisión. Deben hacerlo. Un solo cajero cuesta 100.000 dólares, cuesta dinero mantenerlo y administrarlo (empleados tienen que poner dinero en él, y retirarlo a diario), y les cuesta a los bancos propietarios alquilar Cirrus para que circule el dinero.

Más importante es lo que aprehendemos de las habilidades del mercado. Una de las objeciones a la privatización de las carreteras es que tendríamos que parar en un peaje en cada cruce. Un viaje de cinco minutos al supermercado requeriría, para mí, tres peajes, 75 centavos, y llegarían a convertirse en ocho minutos, si tenemos en cuenta dicha objeción. Pero esto no es así, y he aquí el porqué:

Nuestro tiempo está valorado en peniques. Cirrus y Pulse nos cargarían, conjeturando en exageración, tres o cuatro dólares por proveernos de cintas magnéticas codificadas para nuestros coches. Maquinas instaladas sobre las carreteras, o sensores bajo el pavimento, contabilizarían sus desplazamientos. La información se transmitiría a Cirrus y a Pulse, y de ellas a sus proveedores de carreteras. Podría contratar el servicio en bonos de tres o cuatro meses, dependiendo de los medios de su proveedor. Algunos propietarios de carreteras, en los bosques, seguirían teniendo garitos de peaje, lo cual funcionaría a las mil maravillas – menos tráfico y un ritmo de vida más sosegado hacen que no sea un problema de gran importancia. Uso peajes a veces en Atlanta, y el retraso sólo es de unos pocos segundos.

No piense que sus gastos saldrían disparados, recuerde que las empresas privadas, las cuales tienen que satisfacer a los consumidores para permanecer en el comercio, proveen todo a mejor calidad y menor precio que el Estado, sin la repugnante inyección moralista de forzar a la gente a pagar aquello que no desea utilizar. El precio que usted paga por la gasolina probablemente contiene 50 céntimos por galón de impuestos para sufragar la carretera y su mantenimiento. Esto significa que, actualmente, estoy pagando unos 25 o 35 dólares mensuales por el uso de las carreteras. Con su privatización, los costes con total seguridad bajarían considerablemente. Esto ocurre siempre que algo es movido de las manos estatales a las privadas.

Hay otros beneficios que seguirían a la privatización de las carreteras. Las carreteras privadas existentes actualmente tienen menos accidentes que las públicas, en parte probablemente porque están mejor mantenidas: Si los constructores de carreteras privadas permiten que permanezcan baches, ganan reputación de tener altos porcentajes de accidentes o realizan reparaciones durante las horas punta de tráfico, deben vérselas con las demandas y con la decantación de la gente por otras carreteras.

La contaminación de los automóviles y su control serían regulados gracias a la privatización de las carreteras. Si la polución aumenta, los individuos residentes cerca de las carreteras contaminantes demandarían al objetivo más obvio: El propietario de la carretera. Estos por consiguiente cobrarían más a aquellos coches que no hubieran pasado una correcta revisión. Las fábricas de automóviles instalarían controles de polución en los coches y anunciarían lo bien que funcionan, como actualmente hacen Toyota y Honda. Lo realizan, pero con las regulaciones de niveles de polución del Estado y diciéndonos que tipos de controladores y de que empresa usar. Sin la interferencia gubernamental los ingenieros serían libres para proveer diferentes tecnologías para reducir costes y mejorar la potencia ofreciendo a la vez motores menos contaminantes. Con el justificante de revisión codificado en su vehículo señalando edad, fabricante y modelo, habría una cláusula separada de polución en su declaración mensual. Los conductores de los nuevos Hondas tendrían un descuento mientras que los de coches antediluvianos pagarían mayores precios que el estándar de los peajes.

¿No es grandioso el mercado? Sólo soy una persona describiendo las previsibles soluciones del mercado; imagine lo eficiente que serían 280 millones de mentes trabajando al unísono.

La realidad continúa proveyendo aparentemente obstáculos en la mente de los estatistas: ¿Qué hay sobre las nuevas carreteras y su dominio legal? De nuevo el mercado viene al rescate. Primero, puesto que las carreteras existen, el comienzo no involucraría más que a los empresarios interesados. (¿A quién pagarían cuando compraran las carreteras? A los acreedores del Estado. Una vez que el Estado vende todas sus tierras, la deuda estará pagada completamente. Incluso de esta manera, los nuevos caminos están siendo construidos en todo momento por los promotores inmobiliarios que compran la tierra y la destinan a los nuevos usos. Ellos construyen nuevas carreteras en su propiedad.

La tierra a través de Estados es barata en algunos sitos y cara en otros. Las anchas rurales interestatales no serían un problema. (Habría alguna correlación entre los peajes y la calidad/congestión). Los precios serían más altos donde los propietarios de la autopista no tengan competencia, y más bajos donde la gente tuviera alternativas. Si los precios de los tramos de autopista suben excesivamente, la gente usará aviones, trenes y autobuses, y de esta forma los propietarios de las autopistas se verán forzados a bajar los precios. (Si piensas que viajas gratis por la autopista, piensa de nuevo; estás pagando por los impuestos de la gasolina uno o dos céntimos por milla actualmente).

Cualquiera que quisiese construir una nueva carretera interestatal tendría el gran obstáculo de comprar tierra que posiblemente abarque cientos de millas. Ampliar y ensanchar las carreteras existentes seria más viable. En Los Ángeles y otras ciudades grandes donde el tráfico está constantemente entorpecido, los dueños de las pistas tendrían, estarían incentivados, y tendrían los suficientes fondos monetarios para comprar la tierra adyacente a las carreteras para que se puedan ensanchar. Los dueños también tendrían motivo para mejorar los intercambios, tal como el Spaghetti Junction en Atlanta. Las pistas, en general, mejorarían. (Yo le entreviste a un ingeniero de pistas hace unos años y me dijo que el diseño circular en las entradas cambia de radio a propósito, lo cual se caracteriza por tener que constantemente mover el volante, para «mantener alerta al conductor». ¿Quien de nosotros tiene problemas concentrándose durante quince segundos?)

Si no hubiésemos tenido el forzoso gobierno de los últimos 200 años, ¿podría haber surgido el sistema interestatal? No sabemos ni nos interesa. Sin un sistema interestatal, podríamos estar seguros de que igualmente tendríamos el comercio y quizás hasta bastante más (cuando se construyeron los ferrocarriles, financiados en parte mediante subsidios estatales, bastante tierra entre las costas no fue apropiada y por lo tanto se mantuvo disponible para su uso. Hoy en día seguiría disponible si no fuera por el gobierno). Tenemos lo que tenemos. La única manera de mejorar es abolir el gobierno.

La ultima pregunta: ¿Qué hay del asunto de Cirrus, y el resto, sabiendo donde estemos? (Al dueño solamente le interesaría el kilometraje). Los proveedores de servicios garantizarían la privacidad, como lo hacen hoy. En las estaciones gasolineras, donde se usa la tarjeta de crédito, años atrás el número completo de la cuenta se solía imprimir en el recibo. En la gran mayoría, ya no se imprime porque los proveedores de tarjetas de crédito presionaron a los comerciantes a que modificaran sus maquinas. Es verdad, sin embargo, que los proveedores de tarjetas pueden revelar su ubicación a alguna policía privada o agente de compañía de seguro si es que se presenta una evidencia contundente de que usted ha cometido algún crimen; el mercado determinaría si es que las compañías de tarjetas llegarían a hacer eso. Hoy lo hacen. La diferencia es que podría enjuiciar mas fácilmente a la compañía de tarjeta de crédito así como a la agencia que investiga los crímenes que al Estado hoy en día. La mejor manera para mejorar nuestras circunstancias es la de abolir el Estado.